
Oh imperecedera vanidad que alimentas las vueltas de estos habitantes perdidos. Perdidos por vanidad de alimentar nuestra especial condición de sabernos perdidos. No nos bastan las imágenes, menos las palabras, para seguir alimentando tal vez ingenuamente, ese demonio que nos hace superficiales, y nos salva de las profundidades a las que queremos llegar, haciendolas cada vez más lejanas, tan lejanas que empiezan a tocar el origen, existente tan solo en el punto presente, el instante eterno, del cual nos empieza a ser cada vez más dificil desprendernos (vas perdiendo tu veracidad sobre sujeto-objeto amigo tusabesquien) todo se confunde dentro de lo inconfundible, pues ya no necesita explicación aquello que es Lo Mismo.
Así que porqué tanto miedo a lo superfluo de la vanidad? qué más vanidad que buscar siempre alguna heróica profundidad? Que viva la forma! y que el fondo me coma!
(quien me entienda que me explique para escupirle con todo cariño lo masticado, de verdad)